viernes, 5 de abril de 2013

Novena a la Divina Misericordia


Promesa de Jesús dada a Santa Faustina Kowalska: 

"Antes de venir como el Juez Justo, vengo como el Rey de Misericordia. 

Antes de que llegue el día de la justicia, les será dado a los hombre este signo en el cielo. 

Se apagará toda luz en el cielo y habrá una gran oscuridad en toda la tierra. 

Entonces, en el cielo aparecerá el signo de la cruz y de los orificios donde fueron clavadas las manos y los pies del salvador, saldrán grandes luces que durante algún tiempo iluminaran la tierra. 

Eso sucederá poco tiempo antes del último día."


Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío.

El viernes, después de la Santa Comunión fui trasladada en espíritu delante del trono de Dios. Delante del trono de Dios vi las Potencias Celestiales que adoran a Dios sin cesar. Más allá del trono vi una claridad inaccesible a las criaturas; allí entra solamente el Verbo Encarnado como Intercesor. Cuando Jesús entró en esa claridad, oí estas palabras:

"Escribe en seguida lo que vas a oír: Soy el Señor en Mi Esencia y no conozco mandatos ni necesidades. Si llamo a las criaturas a la vida, esto es el abismo de Mi misericordia".

En aquel mismo momento me vi en nuestra capilla, como antes en mi reclinatorio. La Santa Misa terminó. Ya tenía escritas estas palabras.


Nota: atento las inusuales señales del signo de los tiempos que estamos presenciando, no esperemos a la Semana Santa para rezar esta Novena. Podemos empezarla inmediatamente luego de Navidad, o en cualquier momento. Las graves circunstancias que se abaten sobre una humanidad de corazón endurecido y oídos sordos a la Misericordia Divina así lo justifican. Hermanos, no dejemos de orar, de bendecirnos unos a otros y de dar gracias. Sumerjámonos en la insondable Misericordia del Todopoderoso.


Novena a la Divina Misericordia 

(Jesús me ordenó escribir y hacer antes de la Fiesta de la Misericordia. Empieza el Viernes Santo).

"Deseo que durante esos nueve días lleves a las almas a la Fuente de Mi Misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi Corazón a un grupo diferente de almas y las sumergirás en este mar de Mi misericordia. Y a todas estas almas Yo las introduciré en la casa de Mi Padre. Lo harás en esta vida y en la vida futura. Y no rehusaré nada a ningún alma que traerás a la Fuente de Mi Misericordia. Cada día pedirás a Mi Padre las gracias para estas almas por Mi amarga Pasión."

Contesté: Jesús, no sé cómo hacer esta novena y qué almas introducir primero en Tu muy misericordioso Corazón. Y Jesús me contestó que me diría, día por día, qué almas debía introducir en Su Corazón.

Primer día

"Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de Mi misericordia. De esta forma Me consolarás de la amarga tristeza [en] que Me sume la pérdida de las almas".

Jesús tan misericordioso, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que  depositamos en Tu bondad infinita. Acógenos en la morada de Tu muy compasivo Corazón y nunca nos dejes salir de Él. Te lo suplicamos por Tu amor que Te une al Padre y al Espíritu Santo. 


Oh omnipotencia de la Divina Misericordia 
Salvación del hombre pecador, 
Tú [eres] la misericordia y un mar de compasión, 
Ayudas a quien Te ruega con humildad 

Padre eterno, mira con misericordia a toda la humanidad, y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el Corazón de Jesús lleno de compasión, y por su dolorosa Pasión muéstranos Tu misericordia para que alabemos su omnipotencia por los siglos de los siglos. Amen.

Segundo día

"Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y las almas de los religiosos, y sumérgelas en Mi misericordia insondable. Fueron ellas las que Me dieron fortaleza para soportar Mi amarga Pasión. A través de ellas, como a través de canales, Mi misericordia fluye hacia la humanidad."

Jesús misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta Tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en el cielo. 


La fuente del amor de Dios, 
Vive en los corazones limpios, 
Purificados en el mar de misericordia, 
Resplandecientes como las estrellas, 
Claros como la aurora. 

Padre eterno, mira con misericordia al grupo elegido de Tu viña, a las almas de los sacerdotes y alas almas de los religiosos; otórgales el poder de Tu bendición. Por el amor del Corazón de Tu Hijo, en  el cual están encerradas, concédeles el poder de Tu luz para que puedan guiar  a otros en el camino de la salvación, y a una sola voz canten alabanzas a Tu misericordia sin limite por los siglos de los siglos. Amen.


Tercer día

"Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Estas almas Me consolaron a lo largo del Vía Crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura".

Jesús infinitamente compasivo, que desde el tesoro de Tu misericordia les concedes a todos Tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de Tu clementísimo Corazón y nunca nos dejes escapar de Él. Te lo suplicamos por el inconcebible amor Tuyo con que Tu Corazón arde por el Padre celestial. 


Son impenetrables las maravillas de la misericordia, 
No alcanza sondearlas ni el pecador ni el justo, 
Miras a todos con compasión, 
Y atraes a todos a tu amor. 

Padre eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de Tu Hijo y por su dolorosa Pasión, concédeles Tu bendición y rodéalas con Tu protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen Tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén.


Cuarto día

"Hoy, tráeme a los paganos* y aquellos que todavía no Me conocen. También pensaba en ellos durante Mi amarga Pasión y su futuro celo consoló Mi Corazón. Sumérgelos en el mar de Mi misericordia".  

Jesús compasivísimo, que eres la luz del mundo entero. Acoge en la morada de Tu piadosísimo Corazón a las almas de los paganos que todavía no Te conocen. Que los rayos de Tu gracia las iluminen para que también ellas unidas a nosotros, ensalcen Tu misericordia admirable y no las dejes salir de la morada de Tu compasivísimo Corazón. 


La luz de Tu amor 
Ilumine las tinieblas de las almas. 
Haz que estas almas Te conozcan, 
Y junto con nosotros glorifiquen 
Tu misericordia. 

Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los paganos y de los que todavía no Te conocen, pero que están encerrados en el muy compasivo Corazón de Jesús. Atráelas hacia la luz del Evangelio.


Quinto día

"Hoy, atráeme a las almas de los herejes y de los cismáticos*, y sumérgelas en el mar de Mí misericordia. Durante Mi amarga Pasión, desgarraron Mi cuerpo y Mi Corazón, es decir, Mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, Mis llagas cicatrizan y de este modo alivian Mi Pasión".

También para aquellos que rasgaron 
la vestidura de Tu unidad 
Brota de tu Corazón la fuente de piedad. 
La omnipotencia de Tu misericordia, oh Dios, 
Puede sacar del error también a estas almas.

Jesús sumamente misericordioso, que eres la bondad misma, Tú no niegas la luz a quienes Te la piden. Acoge en la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas de los herejes y las almas de los cismáticos y llévalas con Tu luz a la unidad con la Iglesia; no la dejes alejarse de la morada de Tu compasivísimo Corazón, sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de Tu misericordia. Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los herejes y de los cismáticos que han malgastado Tus bendiciones y han abusado de Tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de Tu Hijo y su amarga Pasión que sufrió por ellos ya que también ellos están acogidos en el sumamente compasivo Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen Tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

* Nuestro Señor originalmente usó las palabras “los paganos”. Desde el pontificado del Papa Juan XXIII, la Iglesia ha juzgado apropiado el reemplazo de este término por la denominación “los que no creen en Cristo” y “los que no conocen a Dios” (ver el Misal Romano, 1970). (Este párrafo resaltado aparece ubicado en el libro después del párrafo 1217) NormaIris -** Las palabras originales de Nuestro Señor son aquí “herejes y cismáticos”, ya que Él habló a Sor Faustina según el contexto de su tiempo. Desde el Concilio Vaticano II, las autoridades eclesiásticas han considerado impropio usar esas denominaciones según las explicaciones expuestas en el Decreto Conciliar sobre el Ecumenismo (No. 3). Es apropiado usaren su lugar el término “los hermanos separados”. Sin embargo con el tiempo la Iglesia ha decidido usar todavía otra denominación: “los hermanos que creen en Cristo” (ver el Misal Romano, 1970).


Sexto día

"Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños, y sumérgelas en Mí misericordia. Éstas son las almas más semejantes a Mi Corazón. Ellas Me fortalecieron durante Mí amarga agonía. Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de Mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias. Solamente el alma humilde es capaz de recibir Mi gracia; concedo Mi confianza a las almas humildes".

Jesús misericordioso, Tu Mismo has dicho: Aprendan de Mí que soy manso y humilde de corazón.
Acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños. Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre celestial. Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios Mismo. Estas almas tienen una morada permanente en Tu compasivísimo Corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia por la eternidad.

 De verdad el alma humilde y mansa 
Ya aquí en la tierra respira el paraíso, 
Y del perfume de su humilde corazón 
Se deleita el Creador Mismo.

Padre eterno, mira con misericordia a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños que están encerradas en el muy compasivo Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a Tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza Tu trono. Padre de misericordia y de toda bondad, Te suplico por el amor que tienes por estas almas y el gozo que Te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las almas canten juntas las alabanzas de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.


Séptimo día

"Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican Mi misericordia de modo especial y sumérgelas en Mi misericordia. Estas almas son las que más lamentaron Mi Pasión y penetraron más profundamente en Mi espíritu. Ellas son un reflejo viviente de Mi Corazón compasivo. Estas almas resplandecerán con un resplandor especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte".

Jesús misericordiosísimo, cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de Tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios Mismo. En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante confiadas en Tu misericordia, y unidas a Ti, cargan sobre sus hombros a toda la humanidad. Estas almas no serán juzgadas severamente, sino que Tu misericordia las protegerá en la hora de la muerte. 


El alma que ensalza la bondad de su Señor 
Es por Él particularmente amada. 
Está siempre al lado de la fuente viva 
Y saca gracias de la Divina Misericordia. 

Padre eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran Tu mayor atributo, es decir, Tu misericordia insondable y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones, desbordantes de gozo, Te cantan, oh Altísimo, un cántico de misericordia. Te suplico, oh Dios, muéstrales Tu misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en Ti. Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo: A las almas que veneren esta infinita misericordia Mía, Yo Mismo las defenderé como Mi gloria durante sus vidas y especialmente en la hora de la muerte.


Octavo día

"Hoy tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Que los torrentes de Mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por Mi. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a Mi justicia. Está en tu poder llevarles alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de Mi Iglesia y ofrécelas en su nombre…. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con Mi justicia."

Jesús misericordiosísimo, Tu Mismo has dicho que deseas la misericordia; heme aquí que llevo a la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas del purgatorio, almas que Te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adeudada a Tu justicia. Que los torrentes de Sangre y Agua que brotaron de Tu Corazón, apaguen el fuego del purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de Tu misericordia. 


Del tremendo ardor del fuego del purgatorio 
Se levanta un lamento a Tu misericordia. 
Y reciben consuelo, alivio y refrigerio 
En el torrente de Sangre y Agua derramado. 

Padre eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el purgatorio y que están encerradas en el muy compasivo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa Pasión de Jesús, Tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su sacratísima alma fue inundada, muestra Tu misericordia a las almas que están bajo Tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, Tu amadísimo Hijo, ya que creemos que Tu bondad y Tu compasión no tienen limites. Amén.

Noveno día

"Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Estas almas son lasque mas dolorosamente hieren Mi Corazón. A causa de las almas tibias, Mi alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de Mí este cáliz, si es Tu voluntad. Para ellas, la ultima tabla de salvación consiste en recurrir a Mi misericordia".

Jesús piadosísimo, que eres la compasión misma, Te traigo a las almas tibias a la morada de Tu piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y Te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de Tu amor puro. Oh, Jesús tan compasivo, ejercita la omnipotencia de Tu misericordia y atráelas al mismo ardor de Tu amor y concédeles el amor santo, porque Tú lo puedes todo. 


El fuego y el hielo no pueden estar juntos, 
Ya que se apaga el fuego o se derrite el hielo. 
Pero Tu misericordia, oh Dios, 
Puede socorrer las miserias aún mayores. 

Padre eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están acogidas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la misericordia, Te suplico por la amarga Pasión de Tu Hijo y por su agonía de tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de Tu misericordia….*

Oh día eterno, oh día deseado, Te espero con anhelo e impaciencia.
Ya dentro de poco el amor soltará el velo, Y tú te volverás mi salvación. Oh día esplendido, momento incomparable, En que veré por primera vez a mi Dios, Esposo de mi alma y Señor de los señores, Siento que el temor no abrazará mi alma. Oh día solemnísimo, o día resplandeciente, En que el alma conocerá a Dios en su poder, Y se sumergirá entera en su amor, Y conocerá que han pasado las miserias del destierro. Oh día feliz, oh día bendito, En que mi corazón se incendiará de ardor eterno hacia Ti, Porque ya ahora Te siento, aunque a través del velo, Tú, oh Jesús, en la vida y en la muerte eres mi éxtasis y encanto. Oh día, que espero durante toda mi vida. Y Te espero a Ti, oh Dios, Ya que deseo solamente a Ti, Sólo Tú estás en mi corazón y lo demás es nada. Oh día de delicias, de eternas dulzuras. Oh Dios de gran Majestad, Esposo mío, Tú sabes que nada satisface el corazón de una virgen, Apoyo mi sien sobre Tu dulce Corazón.

 * La Novena ha sido traducida siguiendo textualmente el manuscrito de Sor Faustina, y por tratarse de un Documento Válido, su Diario difiere del Devocionario traducido y preparado especialmente para uso de los fieles. 


JESÚS, YO CONFÍO EN TI


Ref: (Diario de la Divina Misericordia de mi alma, por Santa María Faustina Kowalska, ap. 1209/1229)